JESÚS
“Vas a quedar embarazada y tendrás un hijo, a quien le pondrás por nombre Jesús”. (Lucas 1.31 La Biblia en lenguaje sencillo) “Tengan la misma manera de pensar que tuvo Jesucristo: Aunque Cristo siempre fue igual a Dios, no insistió en esa igualdad. Al contrario, renunció a esa igualdad, y se hizo igual a nosotros, haciéndose esclavo de todos. Como hombre, se humilló a sí mismo y obedeció a Dios hasta la muerte: ¡murió clavado en una cruz! Por eso Dios le otorgó el más alto privilegio, y le dio el más importante de todos los nombres, para que ante él se arrodillen todos los que están en el cielo, y los que están en la tierra, y los que están debajo de la tierra; para que todos reconozcan que Jesucristo es el Señor y den gloria a Dios el Padre”. Filipenses 2.5-11 La Biblia en Lenguaje Sencillo)
Estimado amigo, estimada amiga:
Él escogió llamarse JESÚS. Simplemente JESÚS. ¡Casi no puedo esperar para escribir lo que está en mi corazón respecto a mi amado JESÚS! ¡Eso mismo pienso de Pablo a quien imagino caminar de un lado a otro en la estrecha y destartalada cárcel romana, mientras escribe o dicta esta brillante carta a sus discípulos de Filipos! ¡Pablo poseedor de un espíritu y un carácter indoblegable escribe enmarcado por el gozo de JESÚS en su corazón! ¡Toda esta carta es un himno de gozo en el Señor por eso escribe: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (4.13) “Porque para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia” (1.21) Ahora bien, para el Apóstol, JESÚS y sólo JESÚS estaba en su alma, su mente, su voluntad, emociones y en su cuerpo. Pablo, había conocido a JESÚS de una manera dramática en aquel camino hacia Damasco y nunca más fue el mismo. Lo había conocido y ahora lo amaba como su Señor y Salvador. Pablo amaba a JESÚS y por eso anhela conocerlo más y más: “a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte” (3.10) Lo que Pablo deseaba estaba en JESÚS, lo que Pablo necesitaba lo tomaba del mismo JESÚS. Pablo había aprendido a contentarse solamente con JESÚS: “Pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para parecer necesidad”. (4.11-12) Nosotros debemos aprender esta verdad de la experiencia paulina, solo hay una respuesta de Dios a las necesidades de los seres humanos, JESÚS. Por ello al finalizar aquel escrito inolvidable…Se detiene. Levantas su rostro hacía el cielo, suenan las cadenas al levantar también sus brazos encadenados y mira a través de los barrotes de la cárcel, mientras exclama su bendición apostólica para todos nosotros: “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. Al Dios y Padre nuestro sea gloria por los siglos de los siglos. Amén.” (4.19-20) En efecto, todo lo tenemos en JESÚS: salvación, santificación, redención, protección y glorificación. Por tanto, JESÚS saciará tu alma y con Él, llenarás tu vacío existencial.
San Agustín dijo: “Pues nos hiciste para Ti, oh Dios y nuestro corazón andará en desasosiego hasta que descanse en Ti” También, el filósofo y físico Blas Pascal, dijo: “En el corazón del ser humano existe un vacío con la figura de Dios, que no puede ser llenado con ninguna cosa creada sino con Dios mismo, el Creador revelado en Cristo Jesús” Si tienes este vacío en tu corazón, admítelo y acude a JESÚS. Él entrará a tu corazón como lo ha prometido y tendrás compañerismo para siempre con Él. ¡JESÚS es tu única esperanza para esta vida y la venidera!
¿Quién es JESÚS?
La primera verdad que el texto nos dice es que JESÚS es Dios: “Aunque Cristo siempre fue igual a Dios, no insistió en esa igualdad”. Según la Biblia, JESÚS es Dios, la Segunda Persona de la Trinidad, el Creador del universo. Uno de sus biógrafos que anduvo con Él, en todo Su ministerio terrenal, el evangelista Juan, escribió: En el principio ya existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. Él estaba con Dios en el principio. Por medio de él todas las cosas fueron creadas; sin él, nada de lo creado llegó a existir…Y el Verbo se hizo hombre y habitó entre nosotros. Y hemos contemplado su gloria, la gloria que corresponde al Hijo unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad… Jesús hizo también muchas otras cosas, tantas que, si se escribiera cada una de ellas, pienso que ni en el mundo entero cabrían los libros que se escribieran. Juan 1:1-3,14; 21.25
Es muy posible que alguna vez hayas escuchado de alguien unas ideas parecidas a esta: “Sí, estoy de acuerdo. Jesús fue un gran dirigente, pero ha habido otros buenos dirigentes también. Yo no veo porqué las enseñanzas de Jesucristo sean más importantes que las de otros hombres…” Uno de los apologistas modernos que más admiro es el Dr. Josh McDowell, en su libro: Evidencias que exige un veredicto. Nos dice lo siguiente: “Ningún líder religioso reconocido, ni Moisés, Pablo, Buda, Mahoma, Confucio. Etcétera., ha aseverado ser Dios; eso es con la excepción de Jesucristo. Cristo es el único líder religioso que ha aseverado ser Dios, y el único individuo que ha logrado convencer a una gran porción de la humanidad de que Él, es Dios.”
En efecto, la vida de JESÚS, Sus milagros, la doctrina que enseñó, Su muerte en la cruz, Su resurrección, Su ascensión al cielo, la existencia de la Iglesia cristiana viviente que marcha en victoria y triunfo a través de los siglos abriéndose paso a través de la fe, la esperanza y el amor, nos indica que estamos en la presencia de Alguien diferente. JESÚS, dijo de sí mismo: “Yo y el Padre, uno somos” (Juan 10.30) y como si eso no fuera suficiente, dijo para que no quede ninguna duda: “Él que me ha visto a mí, ha visto al Padre” Juan 14.9
Pero ¿Qué piensan algunos intelectuales de JESÚS? En los, ahora lejanos días de seminarista, en mi país natal, Venezuela, estudié dos grandes tomos de la Historia del Cristianismo por Kenneth Scott Latourette, director del departamento de religión de la escuela superior de Yale, quizá uno de los mejores historiadores del siglo pasado, Latourette, refiriéndose a JESÚS, escribió lo siguiente: “…las huellas de esta vida en vez de borrarse con los pasos de los siglos, se han ahondado. A través de Él millones de individuos han sido transformados y han principiado a vivir la clase de vida que Él ejemplificó…A juzgar por Su influencia, Jesús es la figura central de la historia humana”.
El Cristo incomparable
“Hace más de dos mil años hubo un hombre que contrario a las leyes naturales de la vida. Este hombre vivió en la pobreza y fue criado en oscuridad. No viajó extensamente. Solamente una vez cruzó las fronteras del país en que vivía; eso fue cuando, siendo niño, estuvo un tiempo exilado. No poseía ni influencia ni dinero. Sus familiares no eran prominentes y carecían de todo entrenamiento o educación formal. Durante su infancia atemorizó a un rey; durante su niñez impresionó a los doctores; ya siendo hombre dominó la naturaleza, camino sobre las olas como si fuese el suelo y silenció los vientos y la mar. Sanó a las multitudes sin medicina y no cobró por sus servicios. Nunca escribió un libro; sin embargo, los libros que se han escrito sobre Él podrían llenar bibliotecas enormes. Nunca escribió un canto; sin embargo, ha provisto temas para más cantos que los que han producidos todos los compositores juntos. Nunca fundó una universidad, pero todas las universidades y escuelas juntas no tienen más discípulos que Él. Nunca dirigió un ejército, o enlistó a un soldado, o disparó un arma de fuego; sin embargo ningún líder ha tenido más voluntarios bajo sus órdenes que hayan hecho que tantos rebeldes entreguen sus armas y se rindan sin disparar un solo tiro. Nunca practicó la medicina, pero ha sanado mayor número de corazones quebrantados que todos los doctores puestos juntos. Cada séptimo día la actividad humana cesa y las multitudes van a adorarle. Los nombres de los grandes estadistas de Grecia y Roma florecieron y han quedado relegados al olvido. Pero aunque el tiempo ha colocado dos mil años entre este Hombre y nuestros días. Él siempre vive. Herodes no le pudo destruir y el sepulcro no le pude retener. Él está sobre el mayor pináculo de la gloria celestial, proclamado por Dios, reconocido por los ángeles, adorado por los santos y temido por demonios, como el viviente y personal Cristo, nuestro Señor y Salvador”.__Autor desconocido
El viejo refrán que dice: “Una pizca de práctica vale mucho más que toneladas de teoría". Lo aplico aquí para decirles ¿Quién es Jesucristo para mí? Permítame relatarte brevemente cómo llegué a amar y servir a JESÚS. Tenía 17 años y un buen trabajo como fotógrafo profesional. Me consideraba un buen cristiano y que nunca le había hecho mal a nadie. Por aquel tiempo a mi trabajo, en el estudio fotográfico Luz y Sombra, llegó un cubano de nombre Orestes Martín Ramos. El carácter y la conducta diaria de aquel hombre, eran impecables. Es decir, un buen ejemplo. Este no era un cristiano fanático solamente era un buen amigo, pero todos los mediodía me invitaba a leer la Biblia con él. Un día descubrimos que la Biblia decía que Dios es un ser perfecto y santo y ama al ser humano. Igualmente dice que el ser humano es pecador y está por ello, enemistado con Dios. También la Escritura dice, que Dios se hizo Ser Humano en la Persona de JESÚS y llevó en la cruz todos nuestros pecados, ahora JESÚS, nos reconcilia con Dios y podemos llamar a Dios, Padre. En la cruz JESÚS pudo haber detenido el proceso de Su lucha y agonía; asumir Su omnipotencia como Dios y salvarse de aquella horrenda muerte en la cruz; pero no lo hizo por Su amor al pecador. Porque en la cruz del Calvario “La misericordia y la verdad se encontraron; la justicia y la paz se besaron” (Salmo 85.10) Pero para que el sacrificio de JESÚS, se haga realidad en el pecador, es necesario que nos arrepintamos de todos nuestros pecados y confesemos que JESÚS es el Señor y que Dios le levantó de los muertos. Poco a poco comencé a comprender que mi vida le pertenecía a Dios. Pero yo, no se la entregaba. Así me encontró aquel jueves de la Semana Santa de 1963, estudiando la Biblia solo en mi casa. Fijé mi mirada en el versículo 20 de San Juan capítulo 17, es la oración sacerdotal del Señor JESÚS por sus discípulos: “Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí, por la palabra de ellos”…Inmediatamente, la venda que cubría mi entendimiento fue quitada y lo comprendí todo: ¡JESÚS había orado por mí! Pedí perdón al Señor por no haberle amado como Él se merecía. Le abrí de par en par la puerta de mi corazón. Por primera vez, sentí paz. No vi visiones, pero desde entonces creo con todo mi corazón que Jesús vive en mí. No he sido el mismo desde aquel día. JESÚS y yo, tenemos una amistad por más de cuarenta años. Creo que lo importante no es que yo lo haya aceptado a Él, sino que Él, en Su gracia me acepta a mí cada día. Él es mi Dios y Señor, yo soy Su siervo. Él me da Su victoria, yo le doy mis derrotas. ¡JESÚS y sólo JESÚS, es mi pasión y triunfo! Con Él todo, Sin Él nada. Esta vida humana no me puede dar más nada, teniéndolo a Él lo tengo todo. El mundo no me puede quitar más nada, si me queda Él, estoy completo Todos los días también pienso en esto: JESÚS me ha sido Fiel, veo Su bendita mano cubre la mía, y cómo a mis hijos cuando eran pequeños, yo los conducía de la mano por los lugares peligrosos, de la misma manera, mi amado JESÚS me lleva también. Ahora, solo espero aquel día al final del camino, cuando me diga: “_ ¡Francisco, quédate conmigo. Entra al reposo de tu Señor! Entonces, le responderé lleno de gozo. Sí, me quedo contigo para siempre, amado ¡JESÚS!
Me despido con esta oración:… “que todos reconozcan que Jesucristo es el Señor y den gloria a Dios el Padre”.
Es todo por hoy,
Es todo por hoy,
Siempre tu pastor y amigo,
Francisco Aular
(703) 368-9176
Visite también la bitácora que habla de las Marchas:
http://francisco-aular.blogspot.com/
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