Emanuel: Felicidades en su cuadragésimo aniversario
“Acuérdense de sus dirigentes, que les comunicaron la palabra de Dios. Consideren cuál fue el resultado de su estilo de vida, e imiten su fe”. Hebreo 13.7 (NVI)
Mis amados:
Bien se ha dicho que recordar es vivir. Es inevitable que al recordar nuestro corazón se acelere al constatar la verdad de que la vida humana es breve. Que tenemos que vivir el presente y disfrutar de las relaciones con los otros seres humanos que compartimos el mismo espacio en el tiempo. Porque algún día, no muy lejano ese presente, se volverá pasado. Obviamente, un pasado que no volverá otra vez. Porque las iglesias, como las personas, son organismos vivos. Nacen mediante un proceso de parto. ¡Cuesta mucho parir a una gran iglesia! Luego se van formando con el tiempo. Van tomando el perfil del primer grupo que las integraron, y por sobre todo, van asumiendo el corazón, la visión y la pasión de sus forjadores. Como los seres humanos, tienen momentos estelares, algunos felices otros muy tristes, ciclos de estancamiento y también, porque no decirlo, sus retrocesos. Uno espera que una iglesia local, jamás muera.
Aunque el tiempo ya ha puesto 41 años entre la foto que les estoy enviando, y nosotros que estuvimos en ella, casi puedo escuchar las voces de esos amados; ellos fueron mi primera familia espiritual; mis primeros consejeros, mis primeros maestros. Los ancianos y ancianas que aparecen allí, fueron como mis madres, las mujeres y hombres más jóvenes casados, modelaron para mí el valor de una familia. Los jóvenes mis hermanos con los cuales crecí y aprendí a amarlos. Aquellos amados fueron testigos de mis primeras oraciones y otros pasos en el Señor. Lo más hermoso de todo es que, como mi familia espiritual, un día con nuestros cuerpos glorificados, estaremos toda una eternidad juntos. De paso, ¿se dieron cuenta en donde estoy?... (Fíjense en el joven que está de anteojos, el tercero de izquierda a derecha al fondo). Debo decir, que no están todos los que asistíamos en esa época en la fotografía. Tal vez al instante de la foto, ellos estaban en reuniones, planificando el futuro. Imposible decirles el nombre de todos ellos porque al momento de escribir estas notas, no tengo delante de mí ningún otro documento, ni más compañía que mi memoria. Sin embargo, no dejaré pasar la oportunidad de testificarles de algunos de ellos.
Orestes y Nubia Martín
La pareja de derecha a izquierda son Orestes Martín Ramos y su esposa Nubia. Orestes era cubano y su esposa de la Islas Canarias. Habían llegado a Venezuela, a finales de la década de los cuarenta. Allí está Orestes con su Biblia debajo del brazo. Pero me consta que la Palabra para este hombre, no era un complemento de su vestuario dominical. Orestes era mi compañero de trabajo en estudio fotográfico: Luz y Sombra que estaba situado en las caraqueñísimas esquinas de Reducto a Municipal, muy cerca de la Torre Sur del Centro Simón Bolívar. El 28 de noviembre del año, 1958, recién iniciado mis trece años de edad, empecé a trabajar allí y al mismo tiempo aprendía la profesión de fotógrafo. A finales del año 1962, entró a trabajar Orestes. Además de uno de mis maestros en la fotografía profesional, también me enseñó, muchas cosas sobre la vida en general. Orestes era un hombre diferente a los que yo había conocido. Con valores que me contagió en esa edad de mi adolescencia, una de ellas era el amor y el respeto por su esposa e hijitos: Nazareth, Orestes hijo “el Chiqui” y María Magdalena “Malena”. Orestes, tocaba muy bien el instrumento musical el tres cubano. Nos divertíamos cantando guajiras, boleros, y guarachas en nuestro tiempos de descanso al mediodía. Sucedió que Nubia, la esposa de Martín, por aquel tiempo había creído con los Adventistas y tenía una prima que vivía muy cerca de ellos, que era testigo de Jehová. Descubrí otro talento de Martín, leía la Biblia y contendía por la fe, defendiendo la sana doctrina. Pero él decía que no era evangélico, sino un libre pensador. Yo le admiraba, respetaba y lo hice mi consejero. Por eso, cuando me convertí al evangelio. Al tercer domingo, me acompañó al servicio. Se sentó a mi lado. El hermano Clark, predicó aquella mañana sobre, la mujer samaritana. Orestes era un hombre que medía como un metro con ochenta y cinco centímetros. El Espíritu Santo, lo puso bajo convicción. A mitad de la predicación, empezó a sollozar. Extendí mi brazo sobre él y llorábamos los dos. Así abrazados pasamos al frente al tiempo de la invitación. El hermano Clark, se bajó de la tarima y se unió a nosotros. Como consecuencia de su conversión, la familia completa empezó a venir a los cultos. Lo mejor de todo, los mediodía empezamos a estudiar la Biblia juntos y las notas del tres cubano empezaron a sonar con los himnos “Oh que amigo nos es Cristo”, “Pecador ven a Cristo Jesús”, “En Jesucristo, mártir de paz” porque le compramos a la hermana Felipa de Lávinz, un ejemplar de “El nuevo himnario popular”. Sin embargo, lamentablemente, mi amado hermano y amigo Orestes Martín Ramos, no hizo carrera con nosotros en Emmanuel. A mediados de 1965, Orestes fundó su propio estudio fotográfico que se llamo: Mi foto y funcionó por muchos años en la esquina de Cipreses. Por mi parte, en septiembre de 1966, empecé a trabajar como fotógrafo clínico en el Instituto de Anatomía Patológica del Hospital Vargas de Caracas. Creo que fue en el año 1969, Orestes, falleció. Tenía 39 años. Estuve en su entierro y me fue muy duro despedirme del hombre que me tomo de la mano para llevarme a Cristo, sin él mismo conocerlo verdaderamente; pero que una vez que yo me convertí, él fue sensible a la voz de Dios, recibió también el regalo de la vida eterna y de esta manera, Orestes Martín Ramos, fue mi primer fruto en mi ministerio. ¡Que insondables los misterios de Dios, fui evangelizado por un inconverso…!
El hermano Eugenio Kimler y su segundo pastorado en la Misión Bautista Emmanuel de Chacaíto
Como ya les dije en la otra entrega, la Misión Bautista Emmanuel, estaba situada en el edificio Punto Criollo. Que estaba al frente de la Avenida Francisco de Miranda y la entrada al Country Club. En la otra esquina estaba la arepera del mismo nombre del edificio: Punto Criollo. Allí comía los domingos, después del servicio matutino. Me gustaba quedarme en el edificio los domingos, porque yo vivía muy lejos, al norte de Caracas, en San José del Ávila. Por una parte mi familia no compartía mi nueva fe, y por el otro lado, no quería perderme por nada del mundo, ningún servicio. ¡Alabado sea el Señor porque verdaderamente el pone en el corazón, tanto “el querer como el hacer por su santa voluntad”!
Estoy casi seguro que la foto corresponde a los finales de julio del año 1964. El hermano Carlos Clark, salió en ese mes en su año de licencia a los Estados Unidos y el hermano Eugenio Kimler, tomó las riendas del pastorado de nuestra misión. En realidad el hermano Kimler, había a su vez retornado de su año de licencia en Estados Unidos y así tomaba el pastorado, de aquella congregación que él había visto nacer, unos cuatro años antes. Después de un año con nosotros, los hermanos Kimler, salieron como misioneros hacia San Cristóbal y el hermano Carlos Clark, retornó con nosotros en Julio de 1965, por ello, él nos guió desde Chacaíto hasta Chacao, en los primeros meses del año de nuestra constitución como iglesia. Trabajamos duro, en las famosas “cayapas sabatinas”, tumbamos árboles y sacamos todo el monte que había en el patio trasero de nuestra quinta. Y así estuvimos listos para nacer aquel inolvidable 16 de abril de 1966.
¡Qué rápido han pasado estos 40 años! Toda una generanción de hombres y mujeres. La Emanuel tiene tres tiempos: la experiencia que le ha permitido llegar a la madurez espiritual, la visión de sus miembros de ayer, hoy y el mañana, y la responsabilidad de pasar el mensaje de salvación a los hombres y mujeres de la presente generación. Me cupo el honor de haber nacido espiritualmente en sus predios, haber sido cuidado en mi vida espiritual por hombres y mujeres que marcaron mi vida para siempre, a todos mis pastores, los maestros de la Escuela Dominical, el liderazgo de la Unión Bautista de Preparación. Imposible no recordarlos a todos y al hacerlo sentir que el pulso se acelera y el latido del corazón se hace muy fuerte. Crecí como Josué y Caleb al lado de Moisés. Siempre fiel a mis pastores, a los dirigentes y a la membresía en general. Así fuimos Mary y yo, al Seminario. ¡Gracias Emanuel por enviarnos al Seminario y hacernos llegar algun tipo de ayuda periodicamente! Cuando salimos a la evangelización de Venezuela y América Latina, ustedes estuvieron a nuestro lado. No contentos con todo eso, me tuvieron por fiel y me llamaro a ser vuestro pastor. ¡Que privilegio acompañarlos por diez años! Me parte el alma el solo pensar que en tantos años he podido ofender a algunos con esta pasión que me invade en la urgencia para llevar el mensaje. No todos pensamos igual. A todos pido perdón. Aun así estoy muy agradecidos a los hombres y mujeres que "combatieron juntamente conmigo en el evangelio". Esos verdaderos héroes anónimos que con humildad y valentía me acompañaron con lealtad y amor, "cuyos nombres están en el libro de la vida". Pero, la vida cristiana no es estática y pasiva, y muchos menos los que hemos sido llamados al ministerio de la Palabra. Así salimos de vuestra compañía tan especial para ir a la conquista de nuevos horizontes. Fuimos investido de vuestra cobertura espiritual y enviados como misioneros a otras fronteras. En eso andamos.
Al felicitarlos por las buenas noticias que oigo de ustedes, hago especial mención al Rev. Eliezer Perez Marcano y demás dirigentes, miembros y congregantes. Sigan, adelante, siempre adelante recordando lo que dijo el apóstol Pablo a los corintios: "El trabajo en el Señor no es envano". ¡Feliz Aniversario número 40 y nos estaremos preparando para las Bodas de Oro! ¡Nos veremos!
Pero, mis amados, ya esta correspondencia se está haciendo más larga de lo esperado. Es bueno no escribir más por hoy.
Aquí me quedo con mis recuerdos, porque ellos me ayudan a vivir agradecido al Señor. Hoy puedo ver que en aquellos años, JESÚS, en su gracia cumplía con nosotros allí en aquella pequeña Misión Bautista Emmanuel, lo que ya nos había prometido, cuando nos dijo: “…Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. ¡Aleluya y amén!
Pero, mis amados, ya esta correspondencia se está haciendo más larga de lo esperado. Es bueno no escribir más por hoy.
Aquí me quedo con mis recuerdos, porque ellos me ayudan a vivir agradecido al Señor. Hoy puedo ver que en aquellos años, JESÚS, en su gracia cumplía con nosotros allí en aquella pequeña Misión Bautista Emmanuel, lo que ya nos había prometido, cuando nos dijo: “…Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. ¡Aleluya y amén!
Siempre en marcha por un mundo para mi pasión y triunfo: Él y sólo Él.
Consiervo y amigo,
Francisco Aular
Visite también la bitácora que habla de las Marchas:
http://francisco-aular.blogspot.com/
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8 Comments:
Wow Pastor, 40 años, como pasa el tiempo pero gracias a Dios tiempo de bendiciones cuando un servidor recuerda su participación en la expansión del reino aquí en la tierra.
Cesar Parra
Gracias amado Cesar, verás que muy pronto tu también podrás decir: Estamos celebrando los 40 de la Emanuel de Toronto. A veces no percibimos que estamos haciendo historia, mientras vivimos para el Señor. Adelante joven pastor, el que nos llamó nos sostendrá hasta el final.
Papi, ya estas todo un experto en esto del blog...que lindas las fotos que pusistes y tambien lo que has escrito de tu primera iglesia. Te amo mucho y continúa escribiendo porque es de gran bendición para muchos de nosotros. Lo mas precioso de todo esto es que a pesar que ya han pasado 40 años, es palpable que Jesucristo continua siendo tu pasión y el servirle a El tu propósito para vivir. Gracias por contagiarnos con esa pasión.
Tu hija Mary Ruth.
Hola Mary Ruth:
La verdad de las cosas es que una hija como tú, es motivo para sentirse halagado por tus expresiones de amor. Ora verdad es que tanto tu Mami como yo, y esos tres gigantes que son tus hermanos, hemos estado muy contentos de tu llegada a nuestro hogar. Tu eres la musa de mis poesías, porque como dijo el gran Andrés Eloy Blanco: "que me dices siempre que son hermosos todos mis poemas; para ti yo soy grande; cuando dices mis versos, yo no sé si lo dices o los rezas..."
Cuídame a Rebecca y a David Enrique, gracias mi Niña Mamá, por hacerme abuelo. Ah, y gracias a César por cuidarte, quizá, un poquito mejor que como lo haría yo.
Te amo y extraño tu presencia,
Papi.
Gracias Pastor por esa historia que nos enseña atravez de su escritura. Que Dios lo bendiga mucho. Ivonne
Muy bien, Ivonne, gracias a ti por ese nota. Una mamá tan ocupada con mis nietos: Nathan y Caleb, y además con ese esposo, tan precioso: Daniel. Un hijo esforzado y trabajador. Ivonne, con tus oraciones y apoyo, seguiremos escribiendo.
Con todo amor,
siempre tu pastor y amigo, ademá de suegro por supuesto,....
MI AMADO PASTOR! MUCHAS FELICIDADES POR ESTE BLOGGER!
SABE LE EXTRAÑO MUCHO, GRACIAS POR SER QUIEN ES PARA MI Y PARA MI FAMILIA!! LE AMAMOS MUCHO A UD. Y A MARY! SEGUIMOS ORANDO POR UDS. Y GRACIAS POR SER MI PASTOR AUN A LA DISTANCIA!
SU SECRETARIA, Y OVEJITA MEDIO NEGRITA, TANIA E. ROBAYO H. BENDICIONES DEL SEÑOR PARA UD. Y QUE LE SIGA DANDO DE SU PALABRA AHORA Y SIEMPRE.!! GRACIAS POR TODO! MUCHOS BESOS DESDE ESTE ACALORADO CARACAS!!! LA BENDICION!!
¡Hola Tania! Por fin, en estos momentos vine a leer tu nota. Recibe mi cariño y aprecio de siempre. Me llena de gozo oir de ti. Gracias por tus comentarios, saludos de Mary. Seguimos adelante, siempre adelante,
Siempre,
tu pastor y amigo
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