La evangelización en marcha

"Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios." Hechos 20:24

Nombre: Francisco Aular
Ubicación: Toronto, Ontario, Canada

jueves, junio 15, 2006

Romance al padre



¡Dios bendice a todos los que le obedecen y siguen sus enseñanzas!Si tú eres uno de ellos,Dios te bendecirá mucho.En el seno de tu hogar comerás y disfrutarás de lo que ganes con tu trabajo.Tu esposa tendrá muchos hijos. ¡Parecerá un racimo de uvas! Nunca en tu mesa faltará comida, y tus hijos crecerán fuertes como los olivos. ¡Así es como Dios bendice a todos los que le obedecen!¡Que Dios te bendiga desde su templo en el monte Sión! ¡Que veas prosperar a Jerusalén todos los días de tu vida!¡Que Dios te deje ver crecer a tus hijos y a tus nietos! ¡Que haya paz en Israel! Salmo 128 (BLS)

A todos los padres en su día (Por fin se acordaron de nosotros, eh….)
Mis amados:
No es fácil ser un buen papá. Pero también es verdad que es muy difícil ser bueno en cualquier actividad que realizamos como seres humanos. Por eso, nuestro crecimiento hacia el buen desempeño de nuestro papel, primeramente como hijo, luego como esposo, padre y después como abuelo nunca terminará en esta vida. Al padre estadonidense, gracias a Hollywood, se le hace promoción como un hombre tonto. Al padre latinoamericano, se caricaturiza como irresponsable y macho. Pero yo he tenido la bendición de conocer a verdaderos padres, es mas, me emociona ver a mis propios hijos varones, el cuidado que tienen por nuestros nietos. ¡Un aplauso para esa clase de padres!

Gracias al Señor, nosotros que somos cristianos nacidos de nuevo, tenemos la guía infalible de la Palabra de Dios. Allí en la Palabra tenemos muchos modelos de un verdadero papá. En lo más elevado de todo, el Señor JESÚS, nos enseñó que nuestro Dios es Padre. El Padre, siempre a nuestro lado, pronto ayudarnos y a salvarnos. Padre lleno de misericordia y amor. Como Padre, Dios no enseña a ser padres humanos, porque Dios se nos presenta como Aquel que quiso formar a la familia humana para que llegar a ser también Su familia espiritual, por eso la Biblia, dice: “En efecto, a fin de llevar a muchos hijos a la gloria, convenía que Dios, para quien y por medio de quien todo existe, perfeccionara mediante el sufrimiento al autor de la salvación de ellos”. Hebreos 2.10 (NVI) Como Padre de Su familia espiritual, Dios pagó un gran precio, incluyendo el dar Su Hijo unigénito por nuestra adopción como Sus hijos y salvación eternos. Por eso, entendemos muy bien el esfuerzo de los padres humanos por dar lo mejor de sí por su familia. Sin embargo, ese gran precio tiene que incluir la vida espiritual. Como Padre, lo hemos dicho, Dios es bueno, amoroso, providente y ejemplar. En Dios la familia humana, encuentra su verdadero propósito en este mundo. Por eso, existen dos modelos de familias, el modelo de la familia según Dios y el modelo de la familia según el mundo. El modelo de la familia según el mundo, no es el ideal de Dios para Su familia. Sé que el refranero popular, dice: “Todos somos hijos de Dios”. Lamentablemente, aunque tal afirmación parece cierta, la Biblia dice que no es así: “Vino a lo que era suyo, pero los suyos no lo recibieron. Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios”. Juan 1:11-12 (NVI) Al principio los propios familiares de JESÚS, no creyeron en Él. Nos aclara el apóstol Juan que Sus familiares humanos, no tienen ningún derecho. No hay privilegios ni palancas para llegar al cielo, aparte de Cristo. Por eso podemos afirmar como cierto, una frase que corre en nuestras congregaciones evangélicas: “Dios no tiene, nietos, sino hijos”. Ese derecho a ser hijos les fue otorgado cuando ellos también, aceptaron el regalo de la vida eterna en JESÚS. Esa bendita seguridad de ser hijos de Dios por la fe en JESÚS, les da el derecho de ser miembros de la familia de Dios. Así también, lo reafirma Pablo: “Por lo tanto, ustedes ya no son extraños ni extranjeros, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios”. Lógicamente si a los cristianos de la iglesia de Éfeso, como nosotros antes de convertimos también, el Apóstol les dice que, “ya no son” es porque una vez fueron: “extraños” y “extranjeros” en su relación con la familia de Dios. En otras palabras, no eran miembros de la familia de Dios, pero ahora lo son porque la vida eterna, no es algo, sino Alguien, JESÚS. Nuevamente, oígamos sus palabras: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”. Juan 14.6 (RV60)
Por eso, repito si para un padre cristiano, su papel como hombre de Dios, no es fácil; para el hombre sin Cristo, el papel como padre no solo es difícil, sino también imposible. Porque ser un padre humano ejemplar, va mucho más allá que proveerle alimentos, y bienes materiales a la familia. La verdad es que en las Sagradas Escrituras, el padre es el ¡sacerdote de la familia! El padre humano es la imagen de Dios en la familia. El padre y la madre, simbolizan la unión con Cristo y Su Iglesia. Se pide al esposo que ame a su esposo como Cristo amó a la Iglesia, es decir, un amor sacrificial. Como sacerdote tiene que interceder delante de Dios por su esposa e hijos. Como sacerdote tiene que hacer de su hogar, una iglesia en miniatura. Como sacerdote tiene que ser el primero en la preocupación espiritual por sus hijos. El padre es el que toma la iniciativa para llevarlos desde niños a la familia grande, la iglesia. Uno de los servicios que más me encantan presidir como pastor es la presentación de los niños, por sus padres, al Señor. Los demás dirigentes espirituales, sociales, educativos y policiales, estamos para intervenir y ayudar; pero el padre, no tiene sustitutos en su deber y honor como sacerdote de su familia. Si como hombres fallamos aquí, hemos fallado en todo.

Pensando en esto, hace varios años, recibí una llamada de mi nuera Ivonne, esposa de mi hijo mayor Daniel. Me dijo: “¡Pastor, soy directora de actividades especiales en la iglesia y estoy preparando todo el programa para el Día del Padre: ¿Pudiera usted escribir un poema para ese día?!”. Así surgió “Romance a un padre”. Como ya lo saben, el romance es una forma de versicación de un poema. En Romance a un padre, reflejo lo que tantas veces hemos oído que es un padre, desde los días de nuestra niñez en que papá es nuestro héroe favorito, hasta la edad madura. Esa edad, en que diéramos todo por tener al viejo a nuestro lado. Pero se nos ha ido y solamente nos quedan sus consejos, sus valores y sus recuerdos.
A ti padre, que semana tras semanas te esfuerzas para aprovechar los días, y ser feliz junto a tu esposa y a tus hijos. A ti padre cristiano que te niegas a ti mismo para hacer y ser un hombre conforme a la voluntad de Dios, te dedico este poema, que lo disfrutes y ¡Feliz Día del Padre!
Romance al padre

El padre es superhombre,
encontrado en el camino.
Palabra de cinco letras,
y un significado infinito.
Q
ue siempre tiene respuestas,
a las preguntas del hijo.
El padre lo arregla todo
con solo decir: "_¡Hijo mío!"
O con un, ¿qué será de ti
una vez que me haya ido?
Mi padre, ¡cómo lo recuerdo!
Su andar comunicativo...
Dándome sabios consejos
Desde que era muy chico:
Encomiéndate al Señor,
Ámalo en Superlativo.
Asiste siempre a tu Iglesia
Y no sólo los domingos.
¿Acaso es tuyo lo tuyo?
¿No es de Dios lo recibido?
Dale al Señor lo primero
Y cambiará tu destino.
Ahorra para el mañana,
da mucho más de ti mismo.
Cuando vayas de visita
Lleva un regalo contigo...
Esta vida es muy breve,
Y no hay que ser indeciso.
Pues pronto se apagará
este tizón encendido.
Y no podrá calentarte
este sol de mi cariño.
¡Levántate y sé hombre
Deja las cosas de niño!
Y me diste el testimonio
Para ser tan efectivo:
"_Porque un día acudí a Dios,
e
n busca de mi destino.
Y, Él, me dio una mujer
Y de la vida me río...
Tengo amor, techo y pan
Y el cuidado de mis hijos..."
Así pasaron los años,
Veloces, inadvertidos...
Te confieso padre amado:
¡Qué recuerdos tan benditos!
¿Dónde te fuiste mi viejo
Cuando más te necesito?...
Y ahora te busco padre,
Por toditos los caminos...
Y casi siento tu voz
al decirme: "_¡Hola hijito!"
Aquí vengo padre amado,
Con mi corazón herido...
Cuando ya no queda nada
De aquellos años altivos...
Pero tú estabas allí...
Esperando... compasivo.
Con tu corazón de padre
Y el apoyo de un amigo...
Modelaste en mi inocencia
Cuando no tenía sentido,
lo que vale un ser humano
Cuando es agradecido...
A servir a mis hermanos,
A no ser competitivo.
A perdonar ampliamente,
Rechazar lo vengativo.
Y no sacar leña fácil,
Del árbol cuando ha caído.
Tus besos y tus abrazos
Doy a mis nietos e hijos
Ellos que son tu retoño.
Son el tronco florecido,
Son herencia de mi Dios
Son como plantas de olivos,
Son flechas en mis manos,
De mi juventud habidos.
¡Cristo, mi pasión y triunfo...!
Por eso soy bendecido.
Papá, hoy las gracias te doy…
Tengo tu herencia conmigo:
¡Dios, familia y ministerio
Y los hijos de mis hijos!
©Rev. Francisco Aular

Bueno, esto será todo por hoy

Pastor y amigo,

Francisco Aular
(703) 368-9176
faular@hotmail.com