¿Quién es el Jefe de la iglesia local? Parte 1
“Yo, Juan, escribo a las siete iglesias que están en la provincia de Asia: Gracia y paz a ustedes de parte de aquel que es y que era y que ha de venir; y de parte de los siete espíritus que están delante de su trono; y de parte de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de la resurrección, el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos ama y por cuya sangre nos ha librado de nuestros pecados, al que ha hecho de nosotros un reino, sacerdotes al servicio de Dios su Padre, ¡a él sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos! Amén. ¡Miren que viene en las nubes! Y todos lo verán con sus propios ojos, incluso quienes lo traspasaron; y por él harán lamentación todos los pueblos de la tierra. ¡Así será! Amén. "Yo soy el Alfa y la Omega --dice el Señor Dios--, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso." Apocalipsis 1.4-8 (NVI)
Amado (a) en Cristo:
“¿Quién es el jefe de esta iglesia?” Preguntó una señora de porte elegante a uno de nuestros diáconos en la puerta de nuestro templo. El hermano la condujo gentilmente a mi oficina, y con una sonrisa y un guiño de ojo, me dijo: “!Pastor, lo buscan!”... Con el tiempo, ella vino a nuestras clases de la escuela dominical y allí le enseñé lo que nos dice la Biblia, al respecto. Básicamente, lo que será el contenido de nuestra carta de hoy y las próximas que vamos a publicar en esta columna:
· Tipos de gobiernos eclesiásticos
· JESÚS es el jefe de nuestra iglesia
· Él es el Dios Todopoderoso
· Él es el creador del universo
· Él es la cabeza de la iglesia
· Él es el Salvador del mundo
· Él es el Rey que viene
· JESÚS es el jefe de nuestra iglesia
· Él es el Dios Todopoderoso
· Él es el creador del universo
· Él es la cabeza de la iglesia
· Él es el Salvador del mundo
· Él es el Rey que viene
¿Cuál es el gobierno que tiene la iglesia en dónde asistes?
A lo mejor si te hago esta pregunta, no sabrías que contestar, porque en la mayoría de nuestras congregaciones, hace tiempo que la enseñanza doctrinal, lamentablmente, dio paso a otros énfasis. Pero, si echas un vistazo a nuestro mosaico eclesiológico de hoy, veras por lo menos cinco tipos de gobierno: el monárquico, el episcopal, el presbiteriano, el congregacional y las combinaciones de esos cuatro tipos de gobierno. En el gobierno monárquico, la autoridad final está puesta sobre un solo hombre, ejemplo la Iglesia Católica Romana, cuyo jefe es el Papa. El gobierno episcopal es gobernada por un cuerpo de obispos, tal es el caso de la Iglesia Anglicana y la Espiscopal. El gobierno presbiteriano es dirigido por ancianos que son electos consultando a los creyentes en general, cada cierto período de años. El gobierno congregacional es ejercido por toda la congregación por medio de Asambleas que se convocan a lo menos cada tres meses. En este tipo de iglesias los miembros son consultados para toda decisión estratégica que se haga. Las decisiones se toman por la mayoría absoluta y en los casos como la elección de sus líderes principales, como los pastores, se exige hasta un setenta y cinco por ciento de la membresía. Tengo el privilegio de pertenecer desde hace más de cuatro décadas, a este tipo de gobierno. ¡Lo vivo y lo enseño! ¡Me emociona venir cada cierto tiempo delante de mi congregación para rendir cuenta de mi trabajo como un simple servidor de ella! ¡No hay cosa más perjudicial para la buena salud del reino que un gobierno religioso que nunca da cuenta a nadie! Nuestros antepasados Bautistas de Estados Unidos, lucharon por dos grandes convicciones: la separación de la iglesia del estado y la autonomía de la iglesia local: “Toda iglesia es libre e independiente de todo poder eclesiástico fundado por hombres en la tierra, y cada una es la libre familia de Cristo” (1840, Carta de derechos inalienables, Convención Bautista de Texas) Por autonomía no queremos decir, que cada iglesia haga lo que humanamente, le parezca. Por el contrario significa que por medio del consenso entre sus miembros, y en oración buscan la voluntad de JESÚS, y la llevan a cabo.
JESÚS es el Jefe de Su Iglesia, y por lo tanto, de cada iglesia local. En Apocalipsis 1. 4-8, el pasaje que encabeza nuestra carta hoy, Juan relata cómo vio al Señor en medio de los siete candelabros de oro, que son figura de siete iglesias del Asia Menor. Aquí Juan describe a JESÚS, como cabeza de la Iglesia, con varios símbolos que expresan los atributos que más resaltan Su sacerdocio, Su divinidad y por sobre todo, Su soberanía sobre las las iglesias. Ralph W. Emerson dijo: “El nombre de JESÚS no está escrito en la historia tanto como está grabado en ella.” Esto es particularmente cierto, cuando se considera la enorme cantidad de libros que se han escrito sobre Él, la cantidad de cantos que se han escrito para honrar y alabra Su nombre, por cierto, me acuerdo que hace unos treinta años, se calculaba que había más de un millón de cantos en castellano…¡imagínate a cuanto llegarán en estos años de tantos compositores y cantantes que tenemos en América Latina y España!...A esto se añade el gran número de personas que le han hecho Señor y Salvador de sus vidas, la enorme cantidad que dicen haber sido sanados espiritual, psicológica y físicamente por Su gracia y Su poder. Ningún ejército del mundo tiene más soldados que Él, dispuestos y disponibles a rendirles sus vidas con tal de extender su luz y verdad entre los pueblos del mundo, ellos no son suicidas voluntarios fanáticos, por el contrario para cada soldado y seguidor de JEÚS, el vivir para Él es ganancia porque mientras se vive en el cuerpo se es testigo eficaz de lo que JESÚS, ha hecho en sus vidas, no viven para sí mismos, sino para darle honra y gloria a Él y solo a Él. Pero sin en la práctica de su fe, tienen que morir, como dijo uno de sus mártires: “No es ningún necio, el que da lo que puede perder, para ganar lo eterno”.
Pero la fascinación de los seres humanos por JESÚS, no está limitada a Sus seguidores, nada más. El mundo secular y el sistema materialista que nos domina, también se ocupa de Él. Allí está la película de Mel Gibson, la Pasíon de Cristo. El Código Da Vinci de Dan Brown, los descubrimientos arqueológicos y los escritores serios que lo investigan, algunos de ellos ateos que en el proceso se convierten. Veamos lo que nos dice el fundador de la Cruzada Estudiantil y Profesional para Cristo, el Dr. Bill Bright: “Lew Wallace un famoso general y genio literario, era un conocido ateo. Por dos años, el Sr. Wallace estudió en las bibliotecas principales de Europa y de los Estados Unidos, buscando información para escribir un libro que destruyera para siempre el cristianismo. Mientras se dedicaba a escribir el segundo capítulo de tal libro, repentinamente se halló de rodillas en el piso, clamando a Jesús y diciendo, "Señor mío y Dios mío." Ante la evidencia sólida e irrefutable, Wallace ya no podía negar que Jesucristo era el Hijo de Dios. Más adelante en su vida, el Sr. Lew Wallace escribió la conocida novela "Ben Hur", que es reconocida como una de las principales obras que tratan el tema de los tiempos de Cristo. Igualmente, el ya fallecido C.S. Lewis, profesor de Filosofía en la Universidad de Oxford, Inglaterra, era un agnóstico que por muchos años negó la deidad de Cristo. Sin embargo, él también, después de estudiar la avasalladora evidencia sobre la deidad de Jesucristo, por honradez intelectual, se rindió a El reconociéndolo como su Dios y Salvador personal”.
Pero la fascinación de los seres humanos por JESÚS, no está limitada a Sus seguidores, nada más. El mundo secular y el sistema materialista que nos domina, también se ocupa de Él. Allí está la película de Mel Gibson, la Pasíon de Cristo. El Código Da Vinci de Dan Brown, los descubrimientos arqueológicos y los escritores serios que lo investigan, algunos de ellos ateos que en el proceso se convierten. Veamos lo que nos dice el fundador de la Cruzada Estudiantil y Profesional para Cristo, el Dr. Bill Bright: “Lew Wallace un famoso general y genio literario, era un conocido ateo. Por dos años, el Sr. Wallace estudió en las bibliotecas principales de Europa y de los Estados Unidos, buscando información para escribir un libro que destruyera para siempre el cristianismo. Mientras se dedicaba a escribir el segundo capítulo de tal libro, repentinamente se halló de rodillas en el piso, clamando a Jesús y diciendo, "Señor mío y Dios mío." Ante la evidencia sólida e irrefutable, Wallace ya no podía negar que Jesucristo era el Hijo de Dios. Más adelante en su vida, el Sr. Lew Wallace escribió la conocida novela "Ben Hur", que es reconocida como una de las principales obras que tratan el tema de los tiempos de Cristo. Igualmente, el ya fallecido C.S. Lewis, profesor de Filosofía en la Universidad de Oxford, Inglaterra, era un agnóstico que por muchos años negó la deidad de Cristo. Sin embargo, él también, después de estudiar la avasalladora evidencia sobre la deidad de Jesucristo, por honradez intelectual, se rindió a El reconociéndolo como su Dios y Salvador personal”.
JESÚS es el Dios Todopoderoso: “Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fín, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso” Apocalipsis 1.8 ¡JESÚS, es Dios en carne y hueso! ¿No es grandioso? Que JESÚS, en sus últimas palabras dirigida a sus iglesias, en el Apocalipsis, se presente como el Todopoderoso, es decir gobernador absoluto del universo. También se presenta a Sí mismo como el “el primero y el postrero”. (2.8) ¡Nadie antes de Él y nadie, después de Él! Como si esto fuera poca cosa, luego en mismo Apocalipis, nos dice: (Yo soy) “….el santo…(y) el verdadero” (3.7) Cuando estudiamos el Antiguo Testamento, nos damos cuenta que estos títulos le pertenecen sólo a Dios: “Así dice Jehová Rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos: Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí, no hay Dios” Isaías 44.6 (RV60) Ahora bien: ¿Quién es Dios? En un reciente estudio se ha dicho que hay once religiones principales en el mundo, y miles religiones nacionales y tribales. Es posible que hoy mismo en alguna parte del mundo alguien esté inventando una nueva religión. ¡Todas esas religiones dicen que creen en Dios, pero están confundidos repecto a cómo es Dios!
¿A que se debe esta gran confusión y malos entendidos en cuanto a Dios? JESÚS, dijo que Dios es Espíritu: “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que le adoren”. Juan 4.21 (RV60) El asunto es este: Nadie puede ver a un espíritu. No se lo puede tocar. Por lo tanto, no lo puede pintar ni retratar. ¡Es imposible! Así que la única manera de conocer y adorar a Dios es que Él mismo se revelara cómo es. ¡Eso fue precisamente lo Él hizo en JESÚS! Cómo es JESÚS es Dios: “Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre y nos basta. Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe?El que me ha visto a mí, ha visto al Padre…” Juan 14.8-9 (RV60) Por eso mismo en Colosenses Pablo llama a JESÚS la “imagen del Dios invisible” (1.15) El escritor de Hebreos dice que JESÚS es “la imagen misma de su sustancia” de Dios (1.3) ¡Ver a JESÚS es ver a Dios! ¡Ver a Dios es ver a JESÚS!
¿A que se debe esta gran confusión y malos entendidos en cuanto a Dios? JESÚS, dijo que Dios es Espíritu: “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que le adoren”. Juan 4.21 (RV60) El asunto es este: Nadie puede ver a un espíritu. No se lo puede tocar. Por lo tanto, no lo puede pintar ni retratar. ¡Es imposible! Así que la única manera de conocer y adorar a Dios es que Él mismo se revelara cómo es. ¡Eso fue precisamente lo Él hizo en JESÚS! Cómo es JESÚS es Dios: “Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre y nos basta. Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe?El que me ha visto a mí, ha visto al Padre…” Juan 14.8-9 (RV60) Por eso mismo en Colosenses Pablo llama a JESÚS la “imagen del Dios invisible” (1.15) El escritor de Hebreos dice que JESÚS es “la imagen misma de su sustancia” de Dios (1.3) ¡Ver a JESÚS es ver a Dios! ¡Ver a Dios es ver a JESÚS!
Jaimito estaba dibujando en clase. La maestra al verlo le preguntó: “¿Qué estás dibujando?” el niño respondió: “Un retrato de Dios”. La maestra le dijo: “Pero Jaimito, nadie sabe cómo es Dios”. El niño dijo: “¡Todos lo sobran cuando yo termine!”… Cuando DIOS se hizo carne en JÉSUS y habitó entre nosotros, cuando amó como nadie amó, cuando perdonó cómo nadie perdonó, cuando fue a la cruz, cuando dio ejemplo de perfecta mayordomía y obediencia, cuando murió para llevarnos al cielo. Cuando JESÚS terminó toda Su obra redentora, supimos entonces y definitivamente: ¡Quíen es DIOS y cómo es DIOS!
¿Quién es el JEFE de nuestra congregación? A esta pregunta, puedes responder, sin ninguda duda: JESÚS. Ese título le viene desde aún antes de nacer físicamente: Cuando María, la madre de JESÚS encarnado, visitó a Elisabet, esta mujer llena del Espíritu Santo, exclamó: “¿Por qué se me concede esto a mí que la madre de mi Señor venga a mí?” Lucas 1.43 (RV60) El Nuevo Testamento reserva a JESÚS, el término “Señor” que corrresponde al hebreo “Adonai” con el cual los judíos nombran hasta hoy a Dios, lo hacen así para no pronunciar el sagrado nombre de “Yahveh” que Dios se puso a Sí mismo, en Exodo 3.14 Igualmente, es interesante que el griego “Kyrios” que traduce al hebreo “Adonai” implica posesión y soberanía. Cierto es que hoy en día, la palabra señor en castellano, designa a cualquier hombre, pero en los días del Nuevo Testamento, ese título era reservado para los dignatarios y amos que podían hacer lo que quisieran con sus servidores o esclavos. Sin embargo, JESÚS es el único Señor y Salvador de todos y cada uno de nososotros que lo servimos. Nuestra única función como servidores de JESÚS, es someternos a Su dirección y soberanía. Los pastores no somos dueños del rebaño, porque sencillamente el único Dueño y Señor soberano es JESÚS. Así lo expresó el gran Apóstol, a sus discípulos al despedirse de ellos: “Ustedes deben cuidarse a sí mismos, y cuidar a los miembros de la iglesia. Recuerden que el Espíritu Santo los puso como líderes de la iglesia de Dios, para que cuiden a todos los que Dios salvó por medio de la sangre de su propio Hijo”. Hechos 20.28 (LBLS)
Para finalizar: El ya citado, C. S. Lewis dice lo siguiente: "El hombre que siendo solamente hombre, diga las cosas que Jesús dijo, no sería un gran maestro de moral; sería un lunático en el nivel de hombre enfermo de vanidad y orgullo, o el mismo diablo del infierno. Usted tiene que escoger; este era y es el hijo de Dios, o fue un loco o algo peor. Usted lo puede tomar por un demonio o puede caer a sus pies y llamarlo Señor y Dios, pero nunca venga apoyando la idea absurda de que El fue solamente un gran maestro de moral. Él no nos ha dejado esa opción. Ese no ha sido Su propósito."
¿Quién dices tú es JESÚS? El verdadero propósito de tu vida en esta tierra, tu trabajo en la iglesia en donde te congregues y en donde pasarás la eternidad, depende de tu respuesta.
¿Quién dices tú es JESÚS? El verdadero propósito de tu vida en esta tierra, tu trabajo en la iglesia en donde te congregues y en donde pasarás la eternidad, depende de tu respuesta.
Bueno, esto será todo por hoy
Pastor y amigo,
Francisco Aular
Francisco Aular
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